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domingo, 15 de junio de 2008

Tres actores y un personaje: César Romero, Jack Nicholson y Heath Ledger en el rol del Joker - Continuación



Tres actores, tres vidas, tres visiones para un mismo rol. La comparación es inevitable, pero la riqueza del personaje es la que da las pautas. Los villanos del cine siempre son los mejores. No hay nada más maravilloso, puesto que los buenos a veces de tan buenos, son insípidos. Los matices que puede adquirir un villano son tantos que permite análisis desde varios enfoques. Además a todos nos gustan, no nos engañemos. Qué sería de Batman sin sus archienemigos? Un simple psicótico que cree ser un hombre-murciélago haciendo estupideces por las calles de Ciudad Gótica. A veces pienso en su inutilidad sin los malos que le hacen la vida insoportable. Imagínense "Las aventuras de Batman" hechas solo para contar la vida de este tipo que es un tanto esquizoide, no? Batman no tiene sustancia si no se agrega en el componente químico al villano. Me pregunto que habrán pensado cada uno de estos tres actores al momento de construir el personaje. Son tres actores de tres épocas diferentes, con formaciones actorales distintas y objetivos distintos. Además las condiciones que pudieron haber sentido a la hora de componer. Los directores a veces son insoportables. Y las épocas!

Empiezo por una simple descripción de los actores y su vida:
César Romero, de doble nacionalidad, cubana y estadounidense, nació en 1907 y falleció en 1994. Al principio de su carrera, debido no solo a su estampa y gran altura (1,90 mt) fue modelo, luego bailarín de salón (pero de los buenos) y luego actor de extensa trayectoria, es un peso pesado en el género. Realizó más de 130 películas, sin contar con apariciones televisivas. Algunos críticos dicen que su mejor film (por esa manía de elegir uno) fue El Capitán Castilla, de 1947, donde interpreta a Hernán Cortés. Cuando le llega el ofrecimiento del rol del Joker en la exitosísima serie Batman, César Romero ya tenía una gran carrera y prestigio ganados, lo que equivale a decir que convocarlo era un lujo para la época. La serie fue un hit. Nadie puede olvidar a este Batman (si me permiten los fans esta afirmación) insulso y tonto! Era una época donde primaba la ingenuidad y la levedad en los temas tratados en las series de entretenimiento, la psicodelia invadió todo, incluso la pantalla chica. Esta moda se ve claramente en la serie, con encuadres de cámara absurdos (rotación de plano a 45º para dar idea de desorden) saturación de colores primarios (colores netos, absolutos, contrastados muchas veces hasta lo absurdo) e inserción de cuadros de diálogo en escenas de lucha (los famosos "bam", "piff" y otros para denotar la rudeza de los golpes)... pero en cuanto a los villanos, la ingenuidad por encima de todo. Son malos pero no tan malísimos! Esta liviandad obviamente nos va a chocar contra la elaboración actoral de los otros dos "jesters". El Joker del César Romero es, en el fondo, naif. Como todo en la época. De los tres que analizaré, es el único que no tuvo desfiguración del rostro. Su marca registrada era una boca roja, muy roja, pintada con dos picos ascendentes para dar la idea de una risa perenne. Por lo demás, puedo decir que al ver nuevamente los episodios donde apareció, la actuación de Romero es impecable. Realmente el tipo era muy bueno. Sin los trucos y efectos especiales con que contamos hoy, este actor elaboró un personaje memorable. Su voz en falsete, su risa fastidiosa y chirriante, su gesto inmortal de frotarse las manos, quedarán por siempre en el recuerdo.

La pauta principal que daba este Joker eran sus bromas pesadas. Continuamente estaba pensando en matar a Batman pero no nos queda de él el sabor amargo de un villano terrible e implacable sino de un loco que pensaba sus asesinatos con el formato de una broma. Inclusive en la película que se hizo a propósito del éxito de la serie, no tenemos al Joker como lo pensamos hoy, puesto que contamos con otros actores para contrastarlo. El mérito de Romero está en su impecable actuación, locución y lenguaje gestual. Sin CGI, sin tecnología aplicada, nos deja el recuerdo del villano simple, llano, embriagado por una obsesión.

Claro, el problema es que en 1989 le tocó el turno a Jack Nicholson. Y Nicholson es Nicholson.

Nacido en 1937, activo en la actualidad, con una carrera impresionante tanto como actor y director, comenzó su carrera fílmica en 1958, cargando con doce nominaciones al Oscar por mejor actor de los cuales se hizo con tres, y decenas de nominaciones al Globo de Oro de los cuales se hizo con siete. Contra Nicholson no se puede. Pero hay que ser objetivo. A veces me da la sensación que este actor dotado de un rostro perfecto para hacer de villano, de maldito, de ese que detestamos, se le vuelve en contra, porque cuando encarna un rol de buenito, no podemos evitar pensar en el Nicholson del Resplandor, o del Hombre Lobo. Y esto me hace pensar que si Nicholson prima por encima de sus personajes algo me está fallando puesto que la labor principal del actor es dejar de ser siempre él mismo para ser otra persona por un rato y que no lo veamos jamás. No estoy desacreditándolo, puesto que lo admiro mucho, pero si pienso en el Joker y digo "Nicholson" estoy perdida. No obstante, la recreación de este personaje fue mundial. De las constantes que analicé en la primera parte de este escrito, Nicholson es el que más puso acento a la desfiguración del rostro, con aplicaciones de látex y complicado maquillaje.

El énfasis estuvo puesto en esto.
Este es un Joker mucho más denso que el de Romero, por supuesto, un psicótico que por momentos da miedo pero no infunde ese terror que te hace estremecer. No usa falsete en su voz, pero recurre a las constantes marcas del personaje: muestra su carta comodín en una corta escena, la risa burlona y fastidiosa, el recurso a la broma asociada al asesinato. Es un Joker aficionado al arte, algo bohemio, vinculado de alguna forma al arte, pero que no muestra la oscuridad total de su vida. Hay énfasis en el absurdo, lo vemos ingresando al Museo Nacional de Ciudad Gótica rompiendo y manchando todos los cuadros de la colección porque él se erige como el nuevo modelo estético a seguir. Contamina los cosméticos para que a la gente se le arruine el rostro como le pasó a él. Desfigura a su amada con ácido en el rostro para que sea igual a él. La desfiguración de su rostro y parte de su cuerpo parece ser lo que más le afecta. Esto lo lleva a la crisis mental cuando se mira en el espejo luego de la cirugía- Es un Joker que tiene mucho de Tim Burton encima, por momentos bizarro, estrafalario, pero al mismo tiempo sombrío y sutil.

Y el problema llega con el otro actor que tuvo que componerlo, con la pesada carga de sus antecesores: Heath Ledger. Este joven, nacido en Australia en 1979, se suicidó en enero de 2008 dejando una gran pérdida para la pantalla grande, pues era un actor muy bueno, y con
prometedora carrera, que comenzó en Hollywood en 1999 y de la que nos dejó catorce films.

Se hace difícil hacer una comparación ante el hecho de que sus antecesores lograron mostrar facetas actorales a lo largo de décadas puesto que cortó su vida muy tempranamente, aunque podemos inferir su prestancia en escena a través de las películas que dejó. No sabemos si realmente tuvo como modelos a César Romero o a Nicholson, pero lo cierto es que fue dirigido por otro director, Christopher Nolan, y con otro concepto.

Este Joker elaborado por Ledger es el más denso, el más dramático, el que puso el acento en la psicología del personaje. A mi criterio, es el más oscuro de todos, el más temible. Por momentos inspira un terror y repugnancia increíbles. Este Joker muestra permanentemente el comodín, inclusive en la presentación hay planos de luces y sombras basados en esta carta, como preanunciando de quién estamos hablando.

En una escena dice con convicción, mostrando un comodín: "This is my card". Queda clarísimo, no necesitó más. Es mucho más violento, brutal, hundido en las tinieblas de una locura maniática que los otros dos. Incluso en un momento llegamos a creer que casi logra matar a Batman. Esto indica su alto índice de peligrosidad. No está tan preocupado por hacer bromitas sencillas como Romero, o con la cuestión del arte y la estética como Nicholson. Está permanentemente sumido en la oscuridad de su mente. En la memorable escena del ataque final a Batman, en un mano a mano, lo desafía solo, hasta le grita: "Beat me!" mientras lo desmorona con una explosión. Su llegada provoca el espanto entre la gente, sabemos que estamos frente a un loco descontrolado. Hay un detalle que observé en su vestimenta: sus zapatos son más grandes de lo normal y puntiagudos, como queriendo emular al escarpín con cascabeles que lleva el joker de los naipes. Interesante

Ledger utilizó el recurso del falsete constante en su voz. Y llega a una variedad tonal mayor que la de sus antecesores. En la desfiguración de su rostro, mucho más cruel que la de Nicholson, que es estilizada dentro de su monstruosidad, creemos ver la marca del murciélago estampada en su boca, como una crucifixión.

Resumiendo: el Joker de Romero termina en la cárcel, el de Nicholson muerto, y el de Ledger en el Asilo Arkham. Tres destinos diferentes para un rol exquisito, del cual estos tres actores lo han elaborado cada uno según su estilo y convicción.

Alexandra

domingo, 8 de junio de 2008

Tres actores y un personaje: César Romero, Jack Nicholson y Heath Ledger en el rol del Joker

Tres actores tras un personaje. No pude contenerme y cedí a la tentación de ver la interpretación y construcción del personaje en cada uno de ellos. Tengo opiniones encontradas respecto de cada uno, los admiro como actores a los tres pero son tan diferentes... merecerían un capítulo cada uno. Lo que los une aquí fue su construcción de ese fenomenal personaje llamado The Joker. Mejor comienzo por la estructura, la esencia del personaje.

En la ficción, The Joker surgió entre los creativos de DC Comics allá por 1940, como el archienemigo de Batman. Se lo delineó como un ser siniestro, extremadamente peligroso pero al mismo tiempo un genio, una persona de elevada inteligencia, que tras una desgracia se une a las fuerzas del mal bajo una nueva apariencia, tomada del comodín de la baraja de póker: el Joker. Durante décadas este personaje nos fascinó. Se produjeron leves modificaciones en su estructura, pero no deja su esencia: es un psicópata bajo el disfraz de un burlón que hace trucos y bromas pesadas. En la idea original de la década del '40, el Joker tenía su firma personal: tras cada asesinato dejaba el comodín de la baraja sobre el cuerpo occiso. Pero... de dónde les vino la idea de este fastidioso, siniestro y terrible psicópata? De la novela "El hombre que ríe" de Víctor Hugo. Así fueron elaborando los hilos de su historia personal hasta llegar al personaje que vemos hoy. Están los que analizan psicológicamente su comportamiento: dicen que es un psicópata con tendencia al sadismo, con extravagante sentido del humor, que atormenta a inocentes, y mata por placer. Pero es extremadamente inteligente, hecho que se le vuelve en contra, pues sufre una crisis mental haciendo que desee destruir todo lo que lo rodea.

Como rasgo distintivo, tenemos la constante de su risa, su carcajada que resuena en las oquedades, provoca mucho más la angustia y la desazón más que un divertimento. Es la mueca del que ríe siniestramente, del que sabemos que con su fatal humor, nos conducirá irremediablemente a la muerte.

Según Alan Moore, de DC Comics, su historia personal se resume de esta manera: era un ingeniero de una planta de productos químicos, que deseaba ser actor cómico. Renuncia a su trabajo en busca de la fama, pero fracasa y la falta de dinero hace que planee un gran robo ingresando a la planta química con otros dos ladrones, pero es sorprendido, sus secuaces asesinados y él logra huir, con tanta mala suerte que cae en un tanque de sustancias químicas y es arrojado al exterior por un tubo de drenaje. Al salir milagrosamente con vida, descubre que se produjo en su cuerpo una reacción química que le destrozó la piel, especialmente la cara, el cabello, tendones, músculos y otras desgracias. Sufre una crisis mental y se vuelve literalmente loco. A partir de allí asume que es como el Joker del juego de barajas. En esta primera versión de su historia este oscuro ser no tiene nombre. En la versión de Tim Burton lo hace llamar Jack Napier, como una humorada para el actor que en la década del sesenta interpretó a Alfred, que se llamaba Alan Napier. No sabemos por que hizo esto Burton pero es otra más de sus excentricidades.

Hasta aquí, podemos decir que es todo lo que se puede decir de la historia del Joker. Pero qué es un Joker? El rol lo toman del personaje de la baraja de poker, que tiene en total 52 cartas repartidas en cuatro palos, dos de las cuales son comodines que muestran al Joker, estos naipes sustituyen a cualquiera de la baraja. Este juego de naipes arribó a Europa en 1370, posiblemente llevado por los que tuvieron contacto con los mamelucos de Egipto que jugaban un juego de barajas inspirado en uno de los turcos. Grandes figuras europeas mencionan este juego, como por ejemplo Petrarca en 1366 y Bocaccio en 1370, por lo que deducimos que ingresó desde Oriente donde el juego de naipes era corriente. Lo que se reformuló fueron los palos, es decir, las figuraciones en los naipes. Así tenemos que los comodines representan al "court jester". Jester o Joker es esencialmente un tonto que hace bromas tontas. Viste traje estampado en rombos, sombrero con tres picos que terminan en cascabeles (son tres porque simbolizan las dos orejas más la cola del asno). Lleva un cetro con una máscara de sí mismo, y cascabeles en la punta de sus zapatillas. En el Medioevo pensaban de estas personas que habían sido tocadas por un don de Dios para hacer reír pero que esto era a la vez su maldición.

Joker es una de las tantas formas de llamarlo: jongleur, jogleor, joculator, stultor, fou, fol, etc. El tema es que es alguien que tiene facultad para decir bromas, es alguien que puede decir tonterías sin ofender, puede bailar y cantar también. Desde Roma llegó la tradición de "jesters" o bromistas que eran llamados "scurrae", "mimi" o "histriones", pero no eran actores de profesión, cosa que sí sucede en el Medioevo. En esta época, un jester podía surgir de cualquier lado, desde un erudito no conforme con la normativa de una universidad hasta un monje, un juglar con excepcional don de verborragia, o un aprendiz de herrero que podía entretener a la gente con sus bromas ocurrentes. Una descripción de Rabelais ayuda a comprender cómo era un jester del Medioevo: era irreverente, libertino, pícaro, burlón, pero es un tonto, un tonto que critica al mundo. Podía ser juglador, confidente, profeta y consejero, todo al mismo tiempo. En su familia seguramente había todo un linaje de actores, músicos, acróbatas, burlones y locos. Los gobernantes tenían siempre un jester para que los entretenga. Cuando la institución del "court jester" desaparece en Europa (recordemos que no era una función sino una institución) aparecieron focos de resistencia a la misma puesto que durante generaciones, gente con este don había entretenido a monarcas, y reclamaban no quedar sin su trabajo. A duras penas sobrevivieron hasta el 1800 donde hay testimonios de estos profesionales en cortes europeas. Antes de culminar con esta cuestión remarco que la importancia del jester además de entretener era la de ser un crítico de la situación política y social de su época. Esto lo distingue del simple cómico o burlón, o del mismísimo payaso, que solo entretienen a la gente. Inclusive el jester podía llegar a ser confidente del monarca, advirtiéndole sobre posibles conspiraciones o ataques.

No era un renegado o un revolucionario, con sentido del humor le aconsejaba al rey acerca de los asuntos del momento haciendole ver la realidad desde un costado que a simple vista parecía ridículo pero escondía una verdad.

Hasta aquí, se delineó el origen del personaje de ficción y el sentido originario del personaje de la baraja europea de poker. Pero el tema es cómo un actor toma todos estos elementos para componer su personaje. Qué camino recorrió este jester del Medioevo hasta el personaje de MC Marvels? Obviamente lo hicieron tomando los elementos sobresalientes del mismo, pero no su imagen. Es decir: la verborragia, la inteligencia, la facultad de hacer bromas, la risa constante, pero le pusieron el lado siniestro para convertirlo en un villano: siniestro, oscuro, terrible, implacable, calculador, asesino por placer. En los tres actores que lo interpretaron encontramos estas constantes:

- la risa farsante, la carcajada morbosa, la mueca feroz

- trajes de colores chillones

- rostro y cabeza con alguna desfiguración

- asesinato y broma asociados

- utilización del naipe comodín para presentarse a sí mismos

Con las variantes de la construcción del personaje en cada uno de ellos, que desgranaremos a continuación.